Proyecto 2025, el programa de los conservadores para el próximo presidente republicano, del que Trump se distanció durante su campaña.
Donald Trump regresa a la Casa Blanca con una serie de promesas migratorias de alto impacto, que incluyen la mayor deportación de la historia, la eliminación de los programas DACA y parole, y el cierre de la frontera sur con México. Todo parece indicar que está decidido a cumplirlas. Para llevar a cabo sus planes, ha nombrado a tres de sus más fieles aliados en contra de la inmigración para ocupar puestos clave en su administración: Stephen Miller como jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca, Tom Homan como «zar de la frontera» y Kristi Noem como secretaria de Seguridad Nacional. Juntos, serán responsables de implementar las políticas migratorias más radicales de su gobierno.
A continuación, se detalla lo que cada uno de estos nuevos funcionarios aportará al próximo gobierno de Trump, según sus posturas previas a la victoria electoral del republicano y sus declaraciones tras ser nombrados, así como su papel durante su primer mandato.
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Políticas migratorias de Trump
El próximo jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, tendrá la responsabilidad de supervisar las políticas de la administración de Donald Trump, con un enfoque particular en los temas migratorios. Su rol será crucial, actuando como el arquitecto de las políticas que el presidente electo desea implementar, asegurándose de que sean no solo viables, sino que también perduren frente a los inevitables desafíos legales y demandas que surgirán. Este será un papel similar al que desempeñó durante el primer mandato de Trump, cuando Miller fue el rostro visible de sus políticas migratorias más controvertidas, como la separación de familias en la frontera en 2018.
Su nombramiento no requiere la confirmación del Senado, por lo que podrá comenzar a trabajar de inmediato. De hecho, Miller ya está en acción, participando activamente en las primeras reuniones de planificación de la transición de Trump tras su victoria electoral. Incluso antes de que el republicano asegurara su retorno a la presidencia, Miller fue una figura clave en su campaña, desempeñándose como asesor cercano y redactor de sus discursos.