Juan Manuel Vargas perdió los estribos y le propinó una cachetada a Andrés Mendoza durante la Copa Leyendas de Fútbol 7. La tensión fue tal que la seguridad del recinto tuvo que intervenir rápidamente para calmar la situación.
En los últimos años, hemos visto a varios exfutbolistas mantenerse activos, no en una cancha profesional, sino en césped sintético, participando en encuentros recreativos o en torneos como la famosa Copa Leyendas, un evento de Fútbol 7 que reúne a reconocidos jugadores retirados. En este torneo, más allá de recordar sus habilidades con el balón, los participantes viven cada partido con la intensidad de una verdadera final.
Este tipo de situaciones se vivió de manera particular en la cuarta jornada de la Copa Leyendas 2024, durante el enfrentamiento entre Universitario y Sporting. A los 7 minutos del segundo tiempo, con el marcador empatado 1-1, Juan Manuel Vargas protagonizó un cruce con Andrés Mendoza. En una jugada, el ‘Loco’ fue con todo a marcar al ‘Cóndor’. En su intento por proteger el balón, el exdelantero celeste extendió su brazo e impactó el rostro de Vargas.
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El ‘Loco’, al sentir el golpe, se llevó la mano a la boca, pero el árbitro no sancionó la jugada. La reacción de Vargas fue inmediata y desmesurada: se acercó a Mendoza y le propinó una cachetada, lo que hizo que el exfutbolista de Sporting retrocediera. En respuesta, Mendoza se acercó a Vargas y le dijo algunas palabras, pero el ‘Loco’ intentó nuevamente agredirlo, aunque solo hizo un ademán. Debido al altercado, la seguridad del estadio tuvo que intervenir para calmar los ánimos.
El partido se detuvo por unos minutos mientras los exjugadores intentaban apaciguar el tenso momento. Mendoza, visiblemente molesto, no dejaba de quejarse por el golpe recibido, mientras Vargas también reclamaba por el codazo que había recibido segundos antes del enfrentamiento. Finalmente, el partido continuó, pero el incidente rápidamente se viralizó en las redes sociales.
Al final del encuentro, como si se tratara de un partido oficial, ambos jugadores se acercaron y hablaron para aclarar sus diferencias en el campo. Para sorpresa de todos, el árbitro no expulsó a ninguno de los dos, y solo les mostró tarjeta amarilla, permitiéndoles regresar al juego tras unos minutos para calmarse.