Finalmente, el terrorista uzbeco Sayfullo Saipov que atropelló y mató a ocho personas, entre ellas cinco argentinos, en una ciclovía de Manhattan en 2017, fue condenado este miércoles a 10 cadenas perpetuas y 260 años de cárcel. El veredicto final se conoció después de escuchar el relato de una veintena de familiares y víctimas, según informó el Departamento de Justicia de Nueva York.
La lectura de la sentencia a Saipov se conoce luego de que un jurado rechazara en marzo la pena de muerte. “La conducta en este caso está entre las peores, si no la peor, que he visto”, dijo el juez federal de distrito Vernon S. Broderick, citado por Telemundo.
Yihadista confeso, Saipov embistió con un camión a las personas que andaban en bicicleta en Manhattan en la noche de Halloween de 2017, causando la muerte a ocho (entre ellas 5 argentinos) e hiriendo a otras doce. Las cinco víctimas argentinas son Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi, todos ex compañeros del Colegio Politécnico de Rosario.
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Gabriela Pabla Pereya, esposa de Erlij, habló durante la audiencia de sentencia. Llamó cobarde a Saipov y dijo que si él realmente quería que Dios “te aceptara y te amara, ve a matarte”.
“Este malvado asesino ha destruido tantas vidas”, señaló al borde del llanto Monica Missio, la madre de otra de las víctima Nicholas Cleves, antes de que Saipov –condenado en enero por cargos de asesinato y terrorismo– fuera sentenciado sin posibilidad de libertad condicional.
“Me repugna que pueda levantarse todos los días y mi hijo no”, dijo Missio y añadió: “Su barbarie y crueldad me llenan de rabia”.
Al igual que otros, Frank Decadt, padre de Ann-Laure Decadt, expresó la esperanza de que algún día Saipov se diera cuenta de que su acto terrorista estaba mal. Mirándolo a la cara le dijo que esperaba que “algún día comprenda el grado de horror que ha infligido a tanta gente”.
Además de familiares, durante la audiencia también hablaron sobrevivientes. Marion Van Reeth, que perdió las piernas en el ataque, se sentó frente al terrorista en su silla de ruedas y le dijo entre lágrimas: “Nunca podré caminar como tú”.
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Dirigiéndose al tribunal antes de la sentencia, un Saipov impenitente pareció alabar al Estado Islámico y sugirió que sus víctimas sufrían menos que los musulmanes de todo el mundo.
Saipov dijo que las lágrimas de las víctimas y los familiares en la sala del tribunal eran pequeñas en comparación con la sangre y las lágrimas que han sufrido los que profesan la fe islámica.
Tras sus últimas palabras, los fiscales pidieron una sentencia de ocho cadenas perpetuas consecutivas, una por cada muerte, y 260 años adicionales en prisión. “Saipov es un terrorista descarado, un asesino orgulloso que no merece indulgencia y debe ser castigado con todo el peso de la ley”, escribieron.
Posteriormente, el juez Broderick siguió la recomendación de la fiscalía y ayer leyó formalmente la sentencia contra el terrorista.