El Sudamericano Sub-20, una de las competiciones más importantes del fútbol juvenil sudamericano, enfrenta un panorama incierto. A menos de un mes del inicio del torneo, la situación política en Venezuela generó gran inquietud en el continente, lo que llevó a la Conmebol a estar atento a la coyuntura del país que fue seleccionado como sede del torneo luego que desestimara a Perú.
Las marchas en Venezuela han trascendido el ámbito político y ahora impactan también en el deporte, luego de que la Conmebol confirmara que está «monitoreando» la situación del Sudamericano Sub-20, programado en el país.
La Conmebol, a través de declaraciones a la agencia EFE, señaló que están atentos a los acontecimientos debido a las crecientes convocatorias de marchas en contra del régimen de Nicolás Maduro, lo que podría generar problemas en la organización del torneo.
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El contexto político y social en Venezuela plantea un desafío para el desarrollo del evento, y la seguridad de los jugadores, cuerpo técnico y aficionados se encuentra en el centro de las preocupaciones del ente rector del fútbol sudamericano.
«Todo se está monitoreando», declaró una fuente del organizador del campeonato, en relación a las protestas previas a la anunciada «toma de Poder» del presidente electo Edmundo González.
Como se recuerda, este 23 de enero se espera que inicie la trigésimo primera edición (XXXI) del Campeonato Sudamericano Sub-20, que iba a reunir a las diez selecciones nacionales del continente.
No confían
la primera en autodesconvocarse fue la representación de Argentina, como dio cuenta ayer, miércoles 8, luego de que la ministra de Seguridad albiceleste cuestionara todo.
«No vamos a mandar a los chicos para que los secuestren. La Conmebol tendrá que pensarlo bien o, si no, tendrán que cambiar de sede», afirmó Patricia Bullrich tras el secuestro de un gendarme.
