RECONOCIDO MUNDIALMENTE POR SU AUSTERIDAD Y COHERENCIA POLÍTICA, BATALLÓ CONTRA EL CÁNCER
José ‘Pepe’ Mujica, expresidente de Uruguay, murió ayer a los 89 años, víctima de un cáncer de esófago. El actual mandatario Yamandú Orsi confirmó la noticia: “Te vamos a extrañar mucho, viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
Mujica fue una de las figuras más queridas de la política latinoamericana, recordado por su humildad. Durante su mandato entre 2010 y 2015, eligió vivir en su modesta casa en lugar de la residencia presidencial. También donó la mayor parte de su sueldo a obras sociales.
El cáncer le fue detectado hace un año, y en los últimos meses había hecho metástasis en el hígado. Pese a ello, participó en la campaña electoral que devolvió el poder al Frente Amplio en 2024, apoyando activamente a Orsi.
Conocido por su discurso simple pero profundo, Mujica promovió valores como la justicia, la ética política y la sobriedad. Rechazó el lujo y defendió el poder como un instrumento de servicio, no de privilegio.
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Su vida política incluyó años de prisión como guerrillero tupamaro y una transición hacia la democracia sin odio. Fue admirado por su capacidad de reconciliación y diálogo con sus adversarios, así como por su coherencia.
La partida de Mujica deja un legado de honestidad y compromiso social. Su figura trascendió Uruguay y se convirtió en un ejemplo global de política austera y con principios.
