Paciente insatisfecho con atención mata a cuatro en hospital

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Paciente insatisfecho con atención mata a cuatro en hospital
Paciente insatisfecho con atención mata a cuatro en hospital

Cuatro personas murieron en un tiroteo en un hospital en Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, el pasado miércoles, según informó la policía local.

LA TRAGEDIA REPRESENTA UNO DE LOS 233 TIROTEOS MASIVOS QUE HAN OCURRIDO EN EE.UU.

Las autoridades confirmaron que el presunto atacante de la masacre estaba armado con un rifle y una pistola y que también murió. La policía llegó al Hospital Saint Francis en menos de cuatro minutos, lo que garantizó que el número de muertos no fuera mayor, según las autoridades.

Múltiples heridos también fueron reportados, pero medios estadounidenses informaron que ninguno de gravedad. “En este momento tenemos cuatro civiles muertos y un tirador muerto”, dijo el subcomandante de policía Eric Dalgleish. El tirador sufrió heridas de bala fatales que se cree que fueron autoinfligidas. El sospechoso “tenía un arma larga y una pistola en la escena en ese momento”, dijo.

Todavía no se conocen los motivos del atacante, sin embargo, en una entrevista el miércoles en la noche, el capitán Richard Meulenberg, del Departamento de Policía de Tulsa, dijo que el ataque no fue aleatorio.

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La policía llegó en tres minutos

El comandante Dalgleish dijo que la policía recibió una llamada sobre un tirador activo a las 16:52 hora local (20:52 GMT) y llegó al lugar en tres minutos. “Los agentes de policía que llegaron escucharon disparos en el edificio y eso fue lo que los dirigió al segundo piso”, explicó.

El capitán Richard Meulenberg dijo que cuando la policía llegó al campus médico “encontraron que algunas personas habían recibido disparos” y algunas de ellas ya habían muerto. Fue una “escena catastrófica”, aseguró.

 

Atacante en hospital de Tulsa fue paciente de una víctima

El hombre armado que abrió fuego en un hospital de Tulsa, Oklahoma, y mató a cuatro personas este miércoles fue paciente de cirugía de una de las víctimas, informó el jueves el jefe de policía de la ciudad, Wendell Franklin, en una conferencia de prensa.

El atacante, al que identificaron como Michael Louis y a quien la policía encontró muerto, disparó y mató al Dr. Preston Phillips, la Dra. Stephanie Husen, Amanda Glenn y William Love en un edificio en el campus del Hospital Saint Francis en Tulsa, dijo Franklin.

Louis se sometió a una cirugía de espalda el 19 de mayo, que realizó Phillips, y posteriormente llamó varias veces durante múltiples días quejándose de dolor y buscando tratamiento adicional, según Franklin.

Louis tuvo consulta con Phillips este martes para recibir tratamiento y volvió a llamar a la oficina del médico el miércoles antes del tiroteo, “quejándose de dolor de espalda y queriendo ayuda adicional”, dijo Franklin.

Después del tiroteo, la policía encontró sobre Louis una carta “que dejaba claro que entró con la intención (de) matar al Dr. Phillips” y a cualquiera que se interpusiera en su camino, dijo Franklin.

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Este tiroteo masivo es el más reciente en un país donde las personas deben enfrentarse cara a cara con la amenaza de la violencia armada en lugares públicos. Ocurre más de dos semanas después de un ataque racista en un supermercado en Buffalo, Nueva York, y de un ataque sangriento en una iglesia en California. Y apenas ocho días después de una masacre desgarradora en una escuela primaria en Uvalde, Texas.

La tragedia de Tulsa representa uno de los 233 tiroteos masivos que han ocurrido en EE.UU. este año, según el Archivo de Violencia Armada. CNN y el archivo definen un tiroteo masivo como uno en el que al menos cuatro personas reciben disparos, excluyendo al atacante.

 

¿Quiénes eran las víctimas?

Dos médicos, una recepcionista y un paciente: esas son las cuatro víctimas que murieron durante el tiroteo en un hospital de Tulsa. Las familias del Dr. Preston Phillips, la Dra. Stephanie Husen, Amanda Glenn y William Love están incompletas ahora.

“Se supone que somos los que cuidamos a otros durante tragedias como esta. Pensar que nuestros cuidadores fueron las víctimas es simplemente incomprensible para mí”, dijo el Dr. Ryan Parker, director médico asociado de Saint Francis y doctor de emergencias.

“Ellos murieron mientras servían a otros. Murieron en el cumplimiento de su deber”, insistió.