Llegó la justicia luego de dos años. La Sala Penal Liquidadora Permanente de San Juan de Lurigancho dictó la condena de 35 años de prisión tras encontrarlo completamente culpable del asesinato a martillazos de su esposa y sus tres hijos menores de edad, cometido en noviembre de 2018.
La audiencia se realizó poco después de las a las nueve de la mañana, mediante una videoconferencia para cumplir con el distanciamiento social por el coronavirus. En un lado de la pantalla se encontraban las autoridades y en el otro estaba Javier Rivera Miculicich, desde el penal de Lurigancho.
Tras una hora de diálogos, el “asesino del martillo” fue sentenciado a pena privativa de la libertad por el delito de feminicidio y parricidio, y al pago de 100 mil soles de reparación civil.
Sin embargo, la familia de la difunta Edith Huaylas de la Cruz esperó que el asesino sea dictado con la pena máxima, por lo que apelarán para que “sea condenado a cadena perpetua”.
Javier cometió el macabro crimen luego de discutir con su esposa, en el interior de su vivienda. Enfurecido, la atacó con un martillo hasta acabar con su vida. Desapareció y horas después volvió para dar veneno a sus hijos y atacarlos con la misma herramienta.
Incluso intentó suicidarse al cortarse las venas, pero fue rescatado a tiempo por la policía y los llevaron a un hospital para que le salven la vida. Terminó recluido inicialmente por nueve meses de prisión preventiva, pero ahora lo estará por 35 años.
