El ataque de Israel al campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, iniciado en la madrugada del lunes, ha causado ya la muerte a 10 palestinos y deja más de 100 heridos, de los cuales 20 se encuentran en estado grave, según han informado el martes el Ministerio de Sanidad palestino y la Media Luna Roja.
LA OPERACIÓN MILITAR DE ISRAEL EN CISJORDANIA ES LA DE MAYOR ENVERGADURA DE LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS
También en las últimas 24 horas miles de palestinos residentes en este asentamiento, de unos 18.000 habitantes, han huido ante el temor de que la violencia pueda recrudecerse. “Unas 3.000 personas se han marchado”, ha declarado el gobernador adjunto de Yenín, Kamal-Abu al Roub a AFP, y ha añadido que se están tomando medidas para alojarlos en escuelas y otros refugios de la ciudad del mismo nombre.
La operación militar israelí —denominada Casa y Jardín—, con bombardeos y el despliegue de cientos de soldados, es la de mayor envergadura en casi dos décadas. En paralelo, un atropello múltiple reivindicado por Hamás ha herido a al menos siete personas en Tel Aviv.
La ciudad de Yenín y el campo de refugiados adyacente, bastión de grupos armados palestinos, según Israel, han sido blanco en varias ocasiones de operaciones militares de este país. Esta última operación del ejército está centrada en debilitar a la Brigada de Yenín, un grupo armado que aglutina a varias milicias del campo y que ganó peso tras fundarse hace alrededor de un año.
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“Nuestras fuerzas han entrado en el nido terrorista de Yenín, están destruyendo los centros de mando y confiscando una cantidad considerable de armas”, ha declarado en un comunicado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Para el Ministerio palestino de Asuntos Exteriores se trata, sin embargo, de una “guerra abierta contra la población de Yenín”.
Un portavoz militar israelí también ha confirmado que las tropas han continuado con “sus actividades antiterroristas”, y ha informado de la localización de un pozo subterráneo que se utilizaba para almacenar artefactos explosivos.
“Estaban siendo almacenados en áreas exclusivamente civiles, con total desprecio por las personas que vivían alrededor”, han publicado las fuerzas armadas en un tuit este lunes por la noche. “Continuaremos operando para neutralizar la amenaza del terrorismo desde el área de Yenín”, añade el mensaje.
A su vez, el martes por la mañana el asesor de Seguridad Nacional de Israel, Tzaji Hanegbi, ha asegurado al Canal 12 de noticias que la operación militar “está cada vez más cerca de lograr sus objetivos”, mientras que el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, afirmó anoche que puede durar “uno o dos días más”.
La cifra de fallecidos aumentó en la mañana de este martes después de que la Media Luna Roja palestina hallara otro cadáver en las afueras del campamento, en medio de un escenario de destrucción y daños materiales causados por los ataques, que han incluido una decena de bombardeos aéreos desde drones y una incursión terrestre con un millar de efectivos.
Entre las víctimas mortales hay tres niños, según Vanessa Huguenin, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU. “Estamos alarmados por la magnitud de las operaciones aéreas y terrestres que están teniendo lugar en Yenín y por los ataques aéreos contra un campo de refugiados densamente poblado”, ha declarado en una reunión informativa.
Este asentamiento es considerado uno de los epicentros de la resistencia armada palestina en el norte de Cisjordania, un territorio que Israel ocupa militarmente desde la Guerra de los Seis Días de 1967. “Todas las opciones están sobre la mesa para golpear al enemigo”, ha advertido la Yihad Islámica palestina, mientras que el líder de Hamás, Ismaël Haniyeh, ha denunciado una operación israelí “brutal”.
Ataques de drones
Ante los ataques de los drones, los palestinos lanzaron piedras contra los soldados israelíes, bajo un cielo ennegrecido por el humo de las explosiones y las barricadas en llamas. Tras más de 24 horas de ataques, no hay agua, ni luz, ni provisiones alimenticias, y las calles han quedado desiertas y sembradas de escombros y piedras, el asfalto está destrozado y la calzada ennegrecida alrededor de barricadas improvisadas, informa un periodista de AFP. Las tiendas permanecen cerradas.
“Hay bombardeos aéreos y una invasión sobre el terreno”, ha declarado Mahmoud al-Saadi, director de la Media Luna Roja palestina en la ciudad. Las casas están siendo “bombardeadas” y “sale humo por todas partes”. Ante esta situación, los equipos médicos de la Media Luna Roja han trasladado suministros de socorro urgente y han repartido mantas, colchones, kits de higiene y agua.
“Se ha impedido a los equipos de primera intervención entrar en el campo de refugiados, incluso para llegar hasta las personas gravemente heridas”, ha declarado este martes ante la prensa Christian Lindmeier, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), refiriéndose a las restricciones impuestas por las fuerzas israelíes.
También se han producido enfrentamientos entre soldados y hombres armados en una mezquita del campo de Yenín, según el ejército, que dijo haber incautado armas y explosivos. “He visto excavadoras en el campo destruyendo casas”, ha descrito Badr Shagoul, residente local.
“Hemos tenido muchos heridos”, sobre todo “de bala”, ha declarado Qasem Benighader, enfermero de 35 años del hospital de Yenín: “Es la peor incursión desde hace cinco años”. Los funcionarios de la Autoridad Palestina, que administra Yenín, han anunciado una huelga general. “Si hay más derramamiento de sangre palestina, también habrá más derramamiento de sangre israelí”, se lamenta Mahmoud Hawashin, residente en el campo de Yenín.
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En el frente diplomático, la Liga Árabe anunció una reunión de emergencia para el martes, mientras que Jordania y Emiratos Árabes Unidos, países árabes que mantienen relaciones diplomáticas con Israel, han denunciado la operación. Washington, por su parte, ha declarado que apoya “la seguridad de Israel y su derecho a defender a su población”. El Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó este lunes su “profunda preocupación”.
Esta ofensiva militar es la de mayor envergadura en la Cisjordania ocupada desde la Segunda Intifada, entre 2000 y 2005, y supone una nueva escalada de tensión en el conflicto palestino-israelí, que este 2023 vive su año más mortífero desde hace dos décadas, con 153 palestinos muertos, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes, pero también civiles, incluidos 26 niños y adolescentes. Al mismo tiempo, en esta zona han proliferado nuevos grupos armados palestinos, cuyos ataques han dejado 25 muertos del lado israelí, la mayoría colonos, y entre ellos cinco menores de edad.