CONDUCTOR, QUE ESPERABA EL CAMBIO DE LUZ DEL SEMÁFORO, ES EL ÚNICO SUSTENTO DE SU FAMILIA
El lunes último, un atentado con explosivos sacudió el Ministerio Público de Trujillo, causando temor entre los vecinos y transeúntes. Entre los afectados se encuentra Luis Alberto Rodríguez Inga, taxista que resultó herido mientras esperaba el cambio de luz en un semáforo cercano.
Rodríguez Inga había dejado a un cliente momentos antes y se dirigía a realizar otro servicio cuando ocurrió la explosión: “El semáforo cambió a rojo y me detuve. Escuché la explosión. Agradezco a Dios que no perdí el conocimiento. Salí del vehículo con la cabeza sangrando”.
El impacto destruyó por completo su herramienta de trabajo. “Vi el polvo y todo estaba destruido: las lunas, los vidrios, todo en el suelo”, expresó. A pesar de la magnitud del ataque, el taxista no comprende cómo logró sobrevivir a un evento de tal violencia.
Luis Alberto es el único sustento de su familia. Su esposa no puede trabajar porque cuida a su hijo menor, quien padece leucemia y requiere tratamiento continuo en Lima. Esta situación obliga a la familia a viajar frecuentemente para garantizar su atención médica.
Sin embargo, el ataque ha dejado a Rodríguez Inga sin medios para trabajar, ya que su vehículo alquilado quedó inservible. La pérdida de su herramienta de trabajo agrava su situación económica, al sumar nuevas deudas a las que ya enfrentaba.
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El caso de Luis es un reflejo de la inseguridad ciudadana que azota a Trujillo, donde hechos como este son cada vez más frecuentes. La explosión no solo destruyó bienes materiales, sino que también dejó secuelas emocionales y económicas difíciles de superar.
Rodríguez Inga ahora enfrenta la incertidumbre de cómo mantener a su familia y continuar costeando el tratamiento de su hijo, mientras espera que las autoridades brinden apoyo ante este devastador ataque.
