A Juan Carlos León, dueño del bar Vikingos ubicado en Los Olivos, no les importaba que las personas puedan contagiarse de COVID-19. En su local se realizó un fiestón al cual llegaron 91 irresponsables deseosos de pasarla bien, pero la música y las luces se apagaron en la madrugada cuando les cayó la policía.
TRES DE ELLOS ERAN MENORES DE EDAD Y TODOS ESTABAN INCUMPLIENDO LAS MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD ESTABLECIDAS POR LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS
El lugar funcionaba como un establecimiento comercial de día, pero en la noche se convertía en un centro de diversiones a puertas cerradas. Agentes de la Policía Nacional del Perú y de Fiscalización del distrito llegaron a la cuadra 63 de la avenida Alfredo Mendiola, urbanización Santa Luisa, y confirmaron las sospechas.
Botellas de distintas bebidas alcohólicas, las canciones del momento, mesas con mesitas acondicionadas e iluminación psicodélica se divisaba en el interior. La mayoría no respetaban el correspondiente distanciamiento social, usaban mal las mascarillas y libaban del mismo vaso.
Tras intervenir a todos los presentes, descubrieron que tres eran menores de edad, por ello los llevaron a la comisaría de Pro para contactar a sus respectivos padres. El resto de fiesteros fueron multados para luego ser liberados en horas de la mañana del domingo.
Por su parte, el propietario del bar recibió una sanción económica de S/4 300, una Unidad Impositiva Tributaria (UIT) y será investigado por no respetar las medidas establecidas por el Gobierno en el marco del estado de emergencia por la pandemia del coronavirus.
