HOY LOS TESTIMONIOS DE CÓMO CURÓ A NIÑOS DE TODO EL MUNDO
El Papa Francisco fue uno de las más influyentes en la historia reciente de la Iglesia católica. Su legado de humildad, cercanía con la gente y fuerte compromiso con causas sociales llevaron a muchos fieles a considerarlo un santo.
Sin embargo, para que la Iglesia lo canonice oficialmente, deben cumplirse algunos requisitos, entre ellos la verificación de al menos dos milagros atribuidos a su intercesión. En este contexto, diversos testimonios comienzan a tomar fuerza como posibles fundamentos para una futura canonización.
Aunque aún no ha comenzado oficialmente ninguna causa de canonización, algunos hechos del Papa Francisco han llamado la atención por su aparente naturaleza milagrosa:
El caso de Ave (2014): una niña estadounidense con síndrome de Down y serios problemas cardíacos fue bendecida por el Papa durante una audiencia en Roma. A su regreso, los médicos descubrieron una mejoría inexplicable, ya que una de las perforaciones de su corazón se había cerrado por completo, y la otra había disminuido drásticamente.
Mejorías en Paraguay (2015): durante su visita al hospital pediátrico Acosta Ñu, varios padres aseguraron que sus hijos mostraron avances médicos luego de recibir la bendición del Papa nacido en Argentina.
Paolo Bonavita (2021): este niño italiano, con autismo y epilepsia, tuvo un encuentro espontáneo con Francisco en el Vaticano. A partir de ese día, su madre relató avances significativos en su movilidad, que atribuyó directamente a ese momento con el Pontífice.
Estos testimonios, aunque aún no han sido validados oficialmente por el Vaticano, podrían en un futuro ser investigados como parte de una posible causa de canonización.
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El proceso de canonización
La canonización es el proceso mediante el cual la Iglesia declara que una persona vivió de manera ejemplar en virtud cristiana y goza de la presencia eterna de Dios. Para iniciar este camino, deben pasar normalmente cinco años desde la muerte del candidato, aunque el Papa puede dispensar este requisito, como ocurrió con Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta.
El proceso incluye varias etapas:
Siervo de Dios: una vez iniciada la causa, se estudia su vida y escritos.
Beato: se requiere la verificación de un milagro atribuido a su intercesión.
Santo: un segundo milagro validado permite su canonización final.
En el caso del Papa Francisco, es necesario esperar que la Iglesia lo declare «Venerable», tras investigar si su vida fue ejemplar. Si se prueban milagros auténticos vinculados a él, podría iniciar su proceso de canonización.