MILES DE MANIFESTANTES, DE GRUPOS SOCIALES, COMERCIANTES Y UNIVERSITARIOS, LLEGARON AL CENTRO DE LIMA
Diversos gremios convocaron ayer un paro nacional en respuesta a la falta de medidas efectivas del gobierno frente a la creciente criminalidad en Perú.
Este movimiento, liderado por organizaciones de transporte y grupos sociales, paralizó gran parte del transporte público en Lima y Callao. Las demandas se centraron en la derogación de la Ley 32108 y en la implementación de medidas más severas contra el crimen organizado.
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En el contexto del paro, los ciudadanos enfrentaron dificultades para movilizarse. Los pasajes de vehículos informales, como los colectiveros, triplicaron el costo habitual de los trayectos, lo que generó malestar entre los usuarios.
La situación de transporte afectó tanto a estudiantes como a trabajadores, quienes experimentaron complicaciones para llegar a sus centros laborales y de estudio. En respuesta, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo brindó una tolerancia de hasta 4 horas en los horarios de ingreso para los empleados.
El paro nacional causó una paralización significativa de actividades comerciales, educativas y sociales en Lima, Callao y varias regiones. Los gremios exigieron al gobierno de Dina Boluarte que intensifique la lucha contra la inseguridad y detenga los ataques de extorsionadores y sicarios.
A la altura de la avenida Abancay con Ucayali, estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se unieron a las manifestaciones, expresando su apoyo a los transportistas afectados por la violencia. Los estudiantes también reclamaron un cambio en las leyes ineficientes que no abordan la realidad del crimen.
Durante la tercera huelga de transportistas, los empresarios de Gamarra se movilizaron en defensa de sus derechos ante la ola de extorsiones.
El panorama generado por el paro evidenció la urgencia de abordar las preocupaciones de seguridad que afectan a diversos sectores, resaltando la necesidad de un cambio inmediato en las políticas del gobierno. Los ciudadanos siguen a la expectativa de que sus voces sean escuchadas y que sus demandas sean atendidas.