El Pontífice se reunió con la Pontificia Academia para la Vida y habló sobre la salud pública que debe luchar contra la cultura del descarte.
La pandemia ha mostrado muchas debilidades y exige un nuevo rumbo también en términos de salud: “La salud solo puede ser pública y para todos: es global o no lo es. Nadie puede salvarse solo. Sería triste, de hecho, muy serio, no lo entiendo”.
Así lo ha manifestado el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, en su saludo al Papa Francisco, que ha recibido hoy en audiencia la asamblea de la Pav que tiene lugar del 27 al 29 de septiembre sobre el tema de la salud pública en un contexto mundial. Pandemia, bioética y futuro.
“Me complace y también me enorgullece presentarles hoy – dijo Paglia al Pontífice – un pequeño grupo de científicos que han vivido intensamente este tiempo de lucha contra la pandemia, cada uno en su propia disciplina. Juntos, como Academia Pontificia, lo hemos intentado para recordar el ‘enfoque en los más afectados por la pandemia: los ancianos, los discapacitados, los refugiados, los niños. Somos conscientes de que la salud será global si empieza por ellos’“.
Monseñor Paglia ha subrayado finalmente que “la salud pública no tolera selecciones y particularidades: es una cuestión de proximidad, de fraternidad global”.
En su discurso, el Papa Francisco también habló espontáneamente, volviendo a los temas ya abordados durante el viaje de regreso desde Eslovaquia, a saber, el aborto: “Me gustaría mencionar que somos víctimas de una cultura del descarte. Está el descarte de los niños que no queremos recibir y con esa ley del aborto que los devuelve al remitente, los mata. Hoy esto se ha convertido en una forma normal, un muy mal hábito, es un asesinato y entenderlo bien nos ayuda a preguntar una doble pregunta: ¿es correcto sacrificar una vida humana para resolver un problema? ¿Es correcto contratar a un sicario para resolver un problema? “ .
El tema del despilfarro también se aplica a la eutanasia: la “escondida“, en países pobres donde “las medicinas son caras y se dan la mitad y esto significa acortar la vida de los ancianos. Con esto negamos la esperanza”.
Los hospitales católicos, señaló el Papa Francisco, no pueden pagar el camino de desecho.
Volviendo al tema de la pandemia, “hizo sonar con más fuerza tanto el grito de la tierra como el grito de los pobres. ¡No podemos ser sordos a este doble grito, hay que escucharlo bien!“. El llamamiento del Papa, por tanto, es que “siempre hay un sistema sanitario gratuito” y en los países que lo tienen, “como Italia y otros países, para no perderlo”, “por el contrario sólo llegaría a quienes pueden pagar”, sólo ellos “tendrán derecho a la salud”. “La asistencia sanitaria gratuita y accesible “ayuda a superar las desigualdades”.
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