Leila, la “estafadora de Tinder” que engañó durante más de tres años a un joven de Chubut por 4,5 millones de pesos, fue arrestada en la provincia de Santa Fe tras un allanamiento realizado por la policía local. Lo sorprendente es que la mujer es suboficial de la policía y estaba con prisión domiciliaria por una causa de drogas. Además su novio también está vinculado al tráfico de estupefacientes y venta de armas.
MUJER QUE TIENE A NOVIO PRESO POR NARCOTRÁFICO Y TRÁFICO DE ARMAS LE SACÓ $ 4,5 MILLONES A UN INCAUTO
Leila Ríos, de 29 años, está en pareja con Juan Pedro “Pato” Calderón (41, también detenido), con quien tuvo diálogos telefónicos que detectó la policía y en los que incluso hablaban de atacar la casa de una fiscal. La policía pudo dar con la mujer luego de una intensa labor realizada en conjunto con sus colegas de Chubut, donde un joven de 25 años perteneciente a una familia boliviana denunció el caso.
El joven había mantenido una relación virtual con Leila durante ese período de tiempo a través de la aplicación Tinder, pero nunca llegaron a conocerse personalmente. La mujer le pedía constantemente dinero para pagar deudas porque “había sido abandonada por su marido”.
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También le dijo que en una oportunidad le habían baleado la casa por no poder pagar un crédito. Cuando hace unas semanas le volvió a pedir dinero, el joven descubrió que en realidad Leila había utilizado parte de los 4,5 millones de pesos que le estafó para hacerse una operación en sus pechos.
La policía detectó más llamadas entre Leila y su novio, todas relacionadas con gente de la justicia a la que pretendían atacar. Y así la pudieron detener.
Los antecedentes de la mujer son extensos. La causa por la cual se la sigue investigando pese a estar detenida tiene que ver con una banda acusada de usurpar casas, manipular armas de fuego y almacenar drogas a grandes escalas en la ciudad de Santa Fe. En junio del año pasado, el juez penal Octavio Silvale revocó la prisión domiciliaria de una de las policías implicadas en la banda: se trataba de Leila.
Pero lo más sorprendente para las autoridades policiales y judiciales fue lo que se descubrió a través de escuchas entre Leila y su novio Calderón, un individuo con una amplia foja de antecedentes criminales.
“Me dan ganas de ir a reventarle la casa a la fiscal«, dijo Leila a Calderón en una escucha. En otra, Calderón habló de “la fiscal” y sobre “cómo se maneja”. “¿Y la fiscal esa, no sabes cómo se maneja no? nada?», dijo y la mujer le contestó: «Eso lo hablamos después”.
También se tuvo acceso a otra escucha en donde presuntamente Calderón habló de querer atentar contra la vida de un abogado penalista de Santa Fe: “Yo le voy a dar un balazo», expresó por medio de un teléfono que utilizó desde su celda. La policía investiga también por qué Calderón tenía un celular en su poder en la prisión.
En otra escucha, las autoridades también detectaron que la pareja planificó amenazar a testigos de las causas que los involucra e hicieron referencia a “romperles la cabeza” por su vínculo cercano con la investigación. Otro de los argumentos que utilizaron desde la Fiscalía fue que la mujer visitó a Calderón en la Comisaría (estando con la domiciliaria) y que presuntamente se hizo pasar por otra persona, según informó la fiscalía de Puerto Madryn.
Las autoridades también investigan si Ríos y su novio tienen vinculación con las bandas de narcos que operan en la provincia de Santa Fe, sobre todo en la ciudad de Rosario.
En lo que hace a la denuncia del joven en Chubut se supo que este intentó varias veces encontrarse con Leila para “conocerla personalmente y entablar una relación más seria”. La mujer siempre le respondía afirmativamente pero poco antes de la hora de la cita se comunicaba con algún pretexto que le impedía concurrir.
Así fue durante 3 años y medio. Hasta la última vez que le pidió dinero. Recién allí el joven le comentó a sus padres lo que sucedía. Y éstos le pidieron que inmediatamente haga la denuncia. Así fue. Y rápidamente, Leila fue detenida.