Soldados rusos mueren tras comer comida envenenada de civiles ucranianos

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Soldados rusos mueren tras comer comida envenenada de civiles ucranianos
Soldados rusos mueren tras comer comida envenenada de civiles ucranianos

Algunos miembros de las fuerzas rusas murieron y muchos más resultaron gravemente enfermos después de que civiles en la región de Járkov les dieran comida y alcohol envenenados, según informaron funcionarios ucranianos. Los soldados pertenecían a la 3.ª división rusa de fusileros motorizados, de acuerdo con una publicación de Facebook de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania.

LOS SOLDADOS PERTENECÍAN A LA DIVISIÓN RUSA DE FUSILEROS MOTORIZADOS

La publicación indicaba que dos soldados rusos murieron y 28 estaban en cuidados intensivos después de recibir pasteles envenenados en la ciudad de Izium. Otros 500 militares rusos fueron llevados a hospitales debido a una fuerte intoxicación por alcohol.

Las autoridades señalaron que el gobierno ruso está descartando estos casos como «pérdidas no relacionadas con el combate». La publicación también señalaba que los civiles ucranianos estaban resistiendo a las fuerzas rusas por todos los medios disponibles.

Izium se encuentra en la región de Járkov, en el este de Ucrania, donde la ciudad de Járkov ha experimentado algunos de los combates y bombardeos más intensos desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala el 24 de febrero.

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Oleh Synyehubov, el gobernador regional de Járkov, comunicó que las fuerzas rusas lanzaron más de 20 ataques contra la ciudad y sus afueras el pasado domingo. Ese mismo día por la mañana, las fuerzas rusas también lanzaron un ataque aéreo en Odesa, en el Mar Negro. Los objetivos eran una planta de procesamiento de petróleo y depósitos de combustible alrededor del puerto más grande de Ucrania y sede de su armada.

 

Cientos de tropas rusas se niegan a participar en la invasión

Un abogado, que representa a un grupo de miembros de la Guardia Nacional de Rusia que se niegan a unirse a la invasión de Ucrania, cuenta que cientos de otros soldados se habían puesto en contacto con él en busca de ayuda para evitar participar en la guerra.

El abogado Mikhaíl Benyash le dijo al ‘ Financial Times’ que «mucha gente no quiere ir a luchar» y que unas 1.000 personas se han puesto en contacto con él desde que se hizo público su caso en representación de los guardias.

Benyash representaba a 12 miembros de la Guardia Nacional que fueron despedidos por negarse a ir a Ucrania. Eran miembros de Rosgvardia, que es una fuerza independiente del ejército. Estos guardias alegaron que no debían ser enviados a Ucrania y que estarían haciendo algo ilegal si iban al extranjero como parte de un grupo armado. También añadieron que no tenían pasaportes, según informó Reuters.

Presentaron una demanda por despido injustificado contra el gobierno. Benyash indicó que solo tres de esos 12 guardias continuaron con la demanda. Los otros nueve retiraron sus reclamaciones porque fueron amenazados, explicó Benyash, según ‘FT’.

Pável Chikov, otro abogado con sede en Rusia, escribió en Telegram que había «historias análogas de Crimea, Novgorod, Omsk, Stavropol… Los trabajadores están pidiendo ayuda legal».

Esta información sale a la luz cuando funcionarios ucranianos y occidentales describen el declive de la moral entre las tropas rusas. El jueves pasado, el jefe del servicio de inteligencia del Reino Unido dijo que los soldados rusos «se negaban a cumplir órdenes, saboteaban su propio equipo e incluso derribaron accidentalmente su propio avión».