La brutalidad con la que una mujer de Corea del Sur mató a su pequeña hija adoptiva de solo 16 meses finalmente fue condenada. Un tribunal de Seúl, la capital del país asiático, dictó la pena de cadena perpetua para la mala madre de apellido Jang y cinco años de cárcel para su esposo Ahn por ayudarla.
AUTOPSIA DETERMINÓ QUE RECIBIÓ UN GOLPE CONTUNDENTE EN EL ABDOMEN, EL CUAL LE PROVOCÓ UNA ROTURA SEVERA DE PÁNCREAS
Tuvieron que pasar siete largos meses para que los jueces terminen de analizar las pruebas que delataban todo el maltrato que recibía la menor Jung-In. La Fiscalía y miles de ciudadanos coreanos pedían la máxima sanción por que la fémina “provocó su muerte con una brutalidad inimaginable”.
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“Puesto que la acusada pisoteó sin piedad la dignidad y el honor como ser humano de la víctima, resulta razonable separar a la acusada de la sociedad por tiempo indefinido”, expusieron los jueces del tribunal en su veredicto final para terminar con las especulaciones sobre el futuro de la desalmada asesina.
Aparentaban ser una familia amorosa
Jang y Ahn adoptaron a la bebé en febrero del año pasado aparentando ser unos padres responsables para poder criarla como se debe, pero desde aquella fecha empezó su lamentable calvario. Incluso aparecieron en un programa de televisión en la que se mostraban como una familia amorosa.
“Quería mostrarle al mundo que no solo las celebridades, sino también las personas como nosotros pueden elegir adoptar. La adopción no es algo de lo que avergonzarse, sino algo que hay que celebrar”, expresó Ahn. Sin embargo, detrás de las sonrisas y frases de aliento tapaba las agresiones de su pareja.
A solo dos meses de tener a la menor se filtraron imágenes en las redes sociales. Estas mostraban un drástico cambio, pues se notaba totalmente descuidada. Las sospechas de abuso infantil se intensificaron hasta que Jung-In tuvo que acudir a un hospital por ser brutalmente golpeada en su vivienda.
Su cuerpecito intentó luchar hasta el final en el nosocomio, pero no pudo soportar más y falleció al poco tiempo. Los principales sospechosos negaron todo desde un principio, pero la Oficina de Policía de Yangcheon terminaron arrestándolos después de ignorar tres avisos de captura por parte de terceros.
Se llegó a encontrar más de 800 archivos entre fotos y videos que captaban a Jang abusando física y mentalmente de la bebé. Además, su madre también participó en los actos de violencia contra la indefensa. Las personas se enteraron de lo sucedido y recolectaron firmas para pedir todo el peso de la ley.
Un golpe en el abdomen acabó con su vida
Los resultados de la autopsia aplicados en la fallecida determinaron que las causas de su muerta constaban en “daños en el abdomen por una fuerza externa”. Esto le provocó una rotura de páncreas severa, la cual no pudo ser atendida por los especialistas y solo confirmaron su deceso tras intervenirla.
Un episodio del programa ‘Unanswered Questions’ trató de investigar cuál era el golpe contundente que se ejerció contra la occisa. Primero establecieron que una fuerza entre 387 y 428 kilos es necesario para que un niño de tres años reciba serias lesiones y así trataron de compararlo con el caso de Jung-In.
La serie de pruebas se realizó con un maniquí. Jang indicó que la pequeña cayó desde su altura hasta el suelo. Una mujer realizó el mismo procedimiento con un maniquí, per la marca registrada no coincidía. Es por ello que consideran que mintió con sus declaraciones que manifestó ante la Policía.
Hasta llamaron a boxeadores para que midan su poder, pero tampoco se acercaban. Siguieron intentando las posibles formas de agresión hasta que probaron con tirarse encima del objetivo localizado en el mueble. Esta sí estuvo en el rango, pero también remarcaron que es una posibilidad del suceso.
Por su parte, los efectivos de Yangcheon todavía no profundizan las diligencias para tratar de esclarecer el depravado acto. Celebridades de Corea del Sur, como actores y cantantes, se sumaron a realizar publicaciones mostrando sus condolencias para Jung-In.
