Culpable de todos los cargos en su contra se declaró el ciudadano David Fuller tras un juicio en Gran Bretaña. El hombre de 67 años asesinó a dos mujeres en 1987, a quienes violó luego de sus decesos, y también tuvo intimidad con 78 cadáveres entre 2008 y 2020, pero se cree que fueron aproximadamente 99.
TUVIERON QUE PASAR MÁS DE 30 AÑOS PARA QUE, GRACIAS AL AVANCE TECNOLÓGICO, DESCUBRAN CON LAS PRUEBAS DE ADN QUE ÉL FUE EL ASESINO Y VIOLADOR
Durante aquella época trabajaba como electricista y personal de mantenimiento en distintos hospitales de Kent, uno de los siete condados de Inglaterra. Fue así que pudo tener un acceso más directo a los ambientes de los nosocomios que guardaban a los cuerpos fallecidos para poder violentarlos a su gusto.
Anteriormente, el sujeto admitió 51 delitos, entre ellos el abuso sexual contra los restos de una niña de nueve años y hasta de una anciana de 100 años. Las evidencias fueron unos vídeos y fotos que él mismo tomó cuando laboraba en Tunbridge Wells y no pudo negarlo porque aparecía en el material audiovisual.
Según la Fiscalía británica (CPS), todo lo almacenó en unos discos duros que “revelan pruebas de prolíficos delitos sexuales de un tipo que ningún tribunal del Reino Unido había visto antes”. Además, lo calificaron como un “desviado sexual que obtenía satisfacción sexual de la violación de sus cadáveres.
Pese a que habían pasado más de 30 años de los crímenes, agentes policiales dieron con su captura tras allanar su vivienda el tres de diciembre de 2020, en plena pandemia de la COVID-19. Se sospecha que se encuentra en una cárcel seguridad de Belmarsh, Londres, tras confesar los delitos que cometió.
Mató a las dos féminas para violarlas
Su primera víctima mortal fue la joven Wendy Knell, a quien le dio muerte el 23 de junio de 1987. El cuerpo fue encontrado con un traumatismo contundente en la cabeza y signos de haber sido estrangulada. Asimismo, las investigaciones revelaron que fue abusada sexualmente luego de que su corazón dejó de latir.
Cinco meses después, el 24 el noviembre, Caroline Pierce desapareció poco después de que un taxi la dejara al frente de su casa. Sus familiares iniciaron su búsqueda y la hallaron sin vida el 15 de diciembre del mismo año. Su caso tenía similitud con el primero, también la violentaron tras fallecer por golpes.
Algunos testigos indicaron que los días previos observaron a un “merodeador” que tenía las mismas características físicas que David y transitaba cerca de las residencias de las féminas. La segunda también había informado un mes antes que un sujeto extraño se paraba cerca de su vivienda, pero nadie la ayudó.
Todavía no existía un avance tecnológico en esos años que permita reconocer las identidades de las pruebas de ADN con suma perfección y rapidez. Sin embargo, las autoridades no dejaron olvidados los asesinatos y las muestras de sus prendas de vestir permitieron descubrir que Fuller era el responsable.
Condenan los actos que perpetró
“Este es un caso impactante. La naturaleza repugnante de los crímenes cometidos provocará comprensiblemente repulsión y preocupación pública”, sostuvo Priti Patel, secretaria de Estado del Interior del Reino Unido, respecto a las muertes que cometió David, los cuales denominó “asesinatos en la cama”.
Una postura similar de los casos tuvo Libby Clarck, de la CPS. “Los crímenes profundamente angustiantes de Fuller son diferentes a cualquier otro que haya encontrado en mi carrera y sin precedentes en la historia legal británica. Este hombre sumamente peligroso ha infligido un sufrimiento inimaginable”, dijo.
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Por otra parte, trascendió que el sujeto cambió su versión a los cuatro días después de su juicio porque sabía que solo lo acusaban de necrofilia. Al ver que presentaban los cargos de asesinato se quitó la mascarilla y respondió “culpable” de ambos, refiriéndose a Wendy Knell y Caroline Pierce.
Según las leyes del Reino Unido, David podría afrontar una pena máxima de dos años de prisión por abusar sexualmente de cadáveres, pero por la muerte de las jóvenes podría ser sentenciado hasta con cadena perpetua. Por el momento vienen evaluando su situación.
