El crimen artístico más impactante del siglo XXI

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El crimen artístico más impactante del siglo XXI
El crimen artístico más impactante del siglo XXI

Eran casi las 8 de la mañana del sábado 7 de diciembre de 2002. Hacía frío, sólo 2°, y en el centro de la capital de Países Bajos casi no había nadie. En el barrio de los Museos, una camioneta se detuvo. Dos hombres descargaron una escalera y empacaron algunas herramientas en una bolsa.

EN SOLO 3 MINUTOS Y 40 SEGUNDOS ROBARON DOS OBRAS DE VAN GOGH

Parecían dos trabajadores comunes. Apoyaron su escalera contra una pared, se pusieron pasamontañas y procedieron a escalar uno de los edificios culturales más reconocibles de Ámsterdam, el Museo Van Gogh. Ocultos tras una pared, usaron un par de mazos para romper un agujero en una de las ventanas de seguridad reforzadas de la galería, activando la primera de una serie de alarmas.

En el interior, miraron rápidamente las paredes y tomaron dos pinturas que estaban cerca del agujero por el que habían entrado, un paisaje marino y una imagen de una iglesia, ambas del período temprano de Vincent van Gogh.

Eso disparó dos alarmas más, mientras que el circuito cerrado de televisión los filmaba.

Van GoghUna guardia de seguridad se puso en contacto con la policía, pero hasta que llegó, estuvo indefensa porque las regulaciones del museo no le permitían enfrentarse a los ladrones. Finalmente, los asaltantes metieron las pinturas, todavía en sus marcos, en su bolsa de herramientas y escaparon, bajando por una cuerda que habían atado al comienzo del atraco a un asta de bandera en la parte delantera del edificio.

Cuando llegó la policía, retomaron su disfraz de trabajadores comunes y corrientes y escaparon.

Toda la operación duró apenas 3 minutos y 40 segundos.

¿Para qué robar obras del artista más famoso del mundo?

¿A quién podrían vendérselas, siendo bienes no comerciables? ¿Por qué motivo alguien las compraría, si las tendría que esconder?

¿Cómo se pueden salvar obras maestras antes de que se pierdan para siempre?

¿Cuál fue la verdadera historia detrás del robo de dos de las pinturas más personales y apreciadas de Van Gogh?

El más amado y más robado

Van Gogh es uno de los mejores entre los grandes artistas de la historia.

Sus pinturas, en todas sus formas, son populares entre el público generación tras generación. Y un imán para los coleccionistas de arte millonarios. El “Retrato del doctor Gachet“, por ejemplo, fue vendido por la casa de subastas Christie’s de Nueva York en 1990 por US$82,5 millones (unos US$164 millones de hoy).

Cuando las pinturas se venden por sumas como esa, no sorprende que en el mercado del arte abunden tramposos, comerciantes fraudulentos, falsificadores… y ladrones. Y de todos los artistas cuya obra ha sido robada, Vincent van Gogh ocupa prácticamente el primer lugar.

Desde que los nazis en Alemania confiscaron por primera vez las pinturas de Van Gogh en 1937, más de 40 de sus obras maestras han sido robadas en al menos 15 atracos, de galerías de todo el mundo. Muchas fueron finalmente recuperadas, pero algunas siguen desaparecidas.

El ladrón

En Ámsterdam en 2002, la carrera para rastrear las pinturas robadas del Museo Van Gogh antes de que desaparecieran para siempre estaba en marcha. La policía neelandesa puso a uno de sus principales detectives en el caso: Bob Schagen. Su instinto le decía que el atraco había sido obra de ladrones profesionales.

Pero habían cometido un error crucial. Entre los restos de la ventana destrozada había una gorra, y abajo, junto a la cuerda, otra. “En ellas había ADN”, señala Schagen. El análisis del ADN condujo al principal sospechoso, Octave “Occy” Durham, un ladrón profesional.

Se le conocía por ser muy buen ladrón. Sabíamos que se especializaba en grandes robos, así que lo seguimos“, recuerda el detective. Después de huir a España, Occy Durham fue finalmente arrestado en diciembre de 2003 y llevado de vuelta a Países Bajos. No había duda de que él había sido uno de los ladrones de las pinturas, pero se negó a revelar dónde estaban.

Una de las pocas formas de rastrear las obras era indagar si los sospechosos repentinamente tenían mucho dinero en efectivo y, de ser así, averiguar de quién provenía. “Teníamos escuchas telefónicas con indicios de que vendieron las pinturas rápido“, dijo el fiscal holandés Willem Nijkerk.

Hay una intervención telefónica fechada en marzo de 2003, cuando se habla de una cantidad de 50.000 euros. “Y eso era solo la mitad de lo que esperaban“. Además, la policía descubrió que estaban comprando relojes, autos, hicieron viajes a Nueva York, a Disneyland París.

 

¿Qué hacer?

¿Cómo haces para recuperar pinturas robadas?

En 2005, en Hoorn, en el norte de Países Bajos, 24 obras maestras neerlandesas fueron tomadas en un solo atraco, arrancadas de sus marcos.

Desaparecieron durante una década. Pero algunas se recuperaron repentinamente en 2016. Su historia ofrece una visión escalofriante e inquietante del turbio mundo del crimen artístico internacional.

No hay ‘criminales del arte’, son simplemente criminales“, aclaró el director del Museo Westfries Ad Geerdink.

“No les importa lo que están robando. Trataron muy mal las pinturas. Las recuperamos en muy, muy, muy malas condiciones”.

Para ellos, dice, “los cuadros no son más que bienes para comerciar”.

 

Meros billetes

El arte robado fue comercializado varias veces y terminó en Ucrania, en manos de señores de la guerra, oficiales de inteligencia y altos funcionarios del gobierno.

El mundo del arte y el mundo criminal están mucho más relacionados de lo que la mayoría de la gente piensa“, asegura Arthur Brand, investigador independiente de crímenes de arte, quien fue fundamental para recuperarlo.

Pero ¿cómo hace para encontrar lo que ha desaparecido? “El inframundo criminal es muy pequeño. Y se la pasan chismorreando todo el día, así que eventualmente obtienes una pista. “El arte robado va de mano en mano muy rápidamente. Las piezas se utilizan como billetes para el comercio de armas, drogas”.

 

¿Cuál es su valor en ese mundo?

“El estándar es del 10% del valor en el mercado abierto. Es decir, si robas una pintura con un valor de 10 millones, puedes usarla como un billete de un millón”. Este uso de pinturas como moneda del mercado negro pone en gran riesgo el arte en sí.

“Estos tipos no tienen idea de cómo tratar las pinturas; las almacenan en algún lugar húmedo y, después de un par de años, algunas se desmoronan. Así que no puedes esperar 20 años porque el riesgo es cada vez mayor”.