El síndrome de La Habana aqueja a diplomáticos estadounidenses

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Embajada de Estados Unidos en Rusia
Embajada de Estados Unidos en Rusia

Vértigo, dolor de cabeza y sensación de martilleos en los oídos son algunos de los síntomas del denominado síndrome de “La Habana”, un extraño mal que aqueja solo a diplomáticos de Estados Unidos, agentes de inteligencia y sus familiares. Incluso, muchos abandonaron sus cargos debido a las dolencias.

AL MENOS 200 TRABAJADORES ESPECIALES FUERON VÍCTIMAS DE PRESUNTOS ATAQUES SÓNICOS, CUYOS SÍNTOMAS LLEGAN A SER SEVEROS

Uno de los casos conocidos es el delagente Marc Polymeropoulos. Tenía 26 años de servicio en la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), estuvo en Afganistán y le habían disparado más de una vez. Pese a toda su experiencia, nunca olvidará lo que vivió el mes de diciembre de 2017.

Marc Polymeropoulos
Marc Polymeropoulos

Viajo a Moscú, capital de Rusia, como comando reciente de las operaciones clandestinas de la institución en Europa con el objetivo de reunirse con sus colegas para conocer el país sabiendo que era vigilado. Salió con ellos y tomó poco licor, pues sabía que no podía emborracharse ni enamorar a una fémina.

Luego acudió al hotel Marriott, cercado a la embajada estadounidense, entró a su cama para dormir, pero empezó su martirio. Sintió fuertes mareos que le quitaron el sueño, creía que la cabeza le iba a explotar y un ruido le molestaba. Fue una de las peores noches que le tocó vivir y su vida no fue la misma.

He estado en situaciones muy difíciles en mi vida, pero aquello fue terrorífico, había perdido el control, la habitación daba vueltas sin parar, sabía que algo malo estaba pasando. Cuando regresé a Estados Unidos apenas podía trabajar dos horas al día, no podía conducir y olvidaba cosas todo el tiempo”, explicó.

Son más de 200 afectados con lo mismo

Polymeropoulos, quien se retiró de sus labores durante el verano de 2019, a los 50 años, no es el único. Así como él, son más de 200 los casos revelados con las mismas dolencias cuyo origen es desconocido. Las autoridades de la nación norteamericana creen que se trata de posibles ataques con microondas.

Se le conoce como síndrome de “La Habana” porque los primeros afectados se conocieron en la isla de Cuba a finales de 2016. La Policía de Alemania indicó en octubre de ese año que estaba investigando supuestos ataques sónicos al personal de la embajada estadounidense en Berlín por incidentesrevelados.

Por su parte, John Bolton, el consejero de Seguridad del Gobierno de Donald Trump, conoció que en China también se habían presentado más casos. Con ello empezó a pensar que no se trataba de una casualidad o una posible lesión de origen psicológico que acarreaba distintos problemas físicos a las personas.

Una posibilidad era que se tratara de algún tipo de arma energética. Veíamos bastante posible que viniese de Rusia, sabíamos que durante la Guerra Fría ya habían intentado saturar las comunicaciones de las embajadas de los Estados Unidos”, explicó añadiendo que también sería un problema para todo el mundo.

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Trump mandó a evacuar a todos sus trabajadores no esenciales de Cuba y descartaron un “ataque sónico”. Unos científicos señalaron que podría ser una enfermedad psicogénica colectiva por estrés, pero la Academia Nacional de las Ciencias, la Ingeniería y la Medicina concluyó en energía de radiofrecuencia.

Tienen claro que se trata de un ataque

De acuerdo con Thomas Shannon, subsecretario de Estado en las gestiones de Barack Obama y de Donald Trump, y más legisladores de Washington, todo se trata de un ataque. “Eso tiene que entenderse, aunque no sepamos exactamente en qué consisten, son, sin duda, intencionados”, arremetió.

Con el objetivo de indagar en los hechos, la CIA destinó un grupo especial de trabajo a inicios del presente año. Para ello convocó a uno de los agentes que participó en la búsqueda de Osama Bin Laden. Con su experiencia planean dar con los verdaderos responsables de causar daños en los diplomáticos.

No es un tipo de ataque que empiece en 2016, es un tipo de ataque que data de los 60”, declaró Mark S. Zaid, abogado que representa a varias víctimas. Asimismo, relata que algunos de sus patrocinados están bien, unos se recuperaron, pero otros “sufren una agonía diaria, migrañas, náuseas, vértigo”.