Mark Wahlberg actor, empresario y el más religioso de Hollywood

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Mark Wahlberg
Mark Wahlberg

El actor Mark Wahlberg solo responde a extremos: ha sido de los actores mejor pagados de Hollywood, pero también el menos rentable. El más reclamado por los productores y no tanto por los académicos. El más religioso de Hollywood, hasta el punto de estipular en sus contratos pausas periódicas para rezar, pero también de los más polémicos y sexuales: se convirtió en icono como modelo de ropa interior en los años noventa.

UNO DE SUS NEGOCIOS ATRAVIESA UNA FUERTE CRISIS, PERO ESTÁ SEGURO QUE LO VA A SUPERAR

El éxito de Mark Wahlberg, hablando de su fortuna, está en unos 400 millones de euros. Sin embargo, el inversor infalible es ahora noticia por un inesperado revés económico.

“Un colapso”. Con esta rotundidad se califica la crisis financiera en la que se ha visto inmerso uno de los negocios más ambiciosos de Mark Wahlberg. El actor se convirtió en 2019 en uno de los máximos accionistas de F45 Training, una franquicia de gimnasios de origen australiano que apuesta por entrenamientos funcionales de alta intensidad en sesiones de solo 45 minutos. Su llegada como franquiciador e inversor impulsó la expansión internacional de la marca, sumando hoy más de 1700 centros en los cinco continentes. Sin embargo, el crecimiento meteórico se ha visto ahora frenado sus acciones cayeron más de un 60%, auspiciado por las circunstancias macroeconómicas, la falta de liquidez y la incertidumbre sobre su viabilidad.

Según apunta The Financial Times, si hace un año la acción de la compañía se pagaba a 17 dólares, ahora apenas supera los dos.

El actor ha llenado sus redes sociales con fotografías en las que comparte sudor y entrenamiento con estrellas como David Beckham, J Balvin, Cindy Crawford o Magic Johnson. Mientras el fundador de la compañía, Rob Deustch, ha denunciado en su cuenta de Instagram que “ni en sus sueños más salvajes” hubiera imaginado un derrumbamiento de este calibre, el protagonista de The Fighter todavía no se ha pronunciado al respecto de este sonado revés empresarial.

Casado con la modelo Rhea Durham desde 2009, tras casi una década de noviazgo, el intérprete ofrece a los 51 años una imagen de esposo devoto y padre ejemplar de los cuatro hijos que tiene el matrimonio. Ellos corrobora, la razón detrás de sus empeños capitalistas.

Pero su infancia no fue tan privilegiada. Walhberg creció en el barrio obrero de Dorchester, en Boston, en el seno de una familia desestructurada de hasta nueve hermanos. A los 13 años dejó el colegio e hizo de la delincuencia su modo de vida, convirtiéndose en adicto al alcohol y la cocaína. Acumuló decenas de detenciones en su historial hasta que, con 16 años, apaleó a un hombre vietnamita, mientras le profería insultos xenófobos, hasta dejarlo inconsciente. Entonces Wahlberg fue acusado de intento de asesinato y acabó ingresando durante 45 días en un correccional de menores, tiempo más que suficiente para sentir la llamada y alejarse de las malas compañías. Tres años después, alcanzaba el número uno de las listas de discos con su grupo de rap Marky Mark and the Funky Bunch para empezar a recorrer, sin prisa, pero sin pausa, el camino de éxito que transita hoy en día.

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Pese a que uno de sus negocios está en declive, el actor se siente afortunado de poder desempeñarse como actor en Hollywood.  “Es fantástico poder ganarme la vida haciendo películas. Tener la suerte de contar con un trabajo tan genial me permite atreverme luego con estas otras apuestas”, se sinceró en una entrevista.

Tal es la vocación emprendedora de la estrella que el pasado año protagonizó la docuserie Wahl Street, disponible en HBO Max, y que aspiraba a mostrar cómo compagina su faceta empresarial con la cinematográfica y la espartana rutina que conlleva

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Me levanto a las dos y media de la mañana y entro al gimnasio una hora más tarde. Termino sobre las cinco y media y voy a trabajar a las siete y media. Con muchos rezos entre medias”, puntualiza el aprendiz de Gordon Gekko. Sin embargo, el plan se vio interrumpido por el azote de la pandemia y recibió una cura de humildad en forma de rodajes detenidos, establecimientos cerrados y líneas de financiación canceladas. De aquellos polvos a los lodos actuales de los gimnasios F45 que, a tenor del historial del personaje, quizá no tarde en transformar en una percha inmejorable para una hipotética segunda temporada de su serie. “He aprendido más de los fracasos y de las pérdidas que de las victorias”, advirtió él mismo, casi a modo de profecía, en el Wall Street Journal. “Las redes sociales siempre nos están enseñando todos los grandes éxitos, pero yo quiero mostrar el trayecto, los problemas, la curva de aprendizaje y los baches del camino”.