Papa León XIV “Fui elegido sin tener ningún mérito”

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papa León XIV
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MENSAJE DE HUMILDAD EN HOMILÍA INAUGURAL DE SU PAPADO EN EL VATICANO

Ayer el papa León XIV presidió la Misa inaugural de su pontificado en una Plaza de San Pedro colmada de fieles y peregrinos de todo el mundo. El acto, en el que se le entregó el ‘anillo del pescador’ marcó el inicio oficial de su ministerio como Obispo de Roma y líder espiritual de más de mil millones de católicos.

En su homilía, el Papa pronunció un mensaje profundamente humano y esperanzador, en el que sobresalió una idea central: la unidad como camino y destino de la Iglesia y del mundo. Con un tono sereno, pastoral y cercano, León XIV delineó las claves de su pontificado, haciendo eco de los grandes desafíos contemporáneos y abriendo puertas a un diálogo que abrace la diversidad sin renunciar a la identidad cristiana.

Desde el inicio de su homilía, el papa León XIV puso en evidencia su actitud de humildad frente al encargo recibido. Recordó que su elección fue fruto del discernimiento de los cardenales, quienes “llegando con historias personales y caminos diferentes, hemos puesto en las manos de Dios el deseo de elegir al nuevo sucesor de Pedro”.

 

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El Papa reconoció con sencillez: “Fui elegido sin tener ningún mérito”, subrayando que su misión no responde a una ambición personal, sino a un llamado divino. Así, se presentó ante el mundo no como una autoridad distante, sino como “un hermano que quiere hacerse siervo”. Esta declaración, que evocó las palabras del apóstol Pedro y del mismo Jesús, dejó en claro el tono de su liderazgo: servicio, no poder.

Uno de los mensajes más profundos de la homilía fue la reflexión sobre el papel del Papa como sucesor de Pedro. León XIV recordó que el corazón de ese ministerio no está en la imposición, ni en el control, ni en la propaganda, sino en el amor oblativo, ese amor que se entrega sin esperar nada a cambio.